enía pendiente escribir una entrada sobre la pisada y ayer un corredor anónimo me lo recordó. Corría con las puntas de los pies, sin apoyar el talón, como si no quisiera despertar a los vecinos. Desafortunadamente, es algo que veo cada vez con más frecuencia y tengo la corazonada de que se debe a la desinformación que galopa sin límites en internet. En ocasiones, tanto los que le dan a la tecla como los que leen son alérgicos a la complejidad y los matices y por extensión proclives a las valoraciones absolutas.